Calle esperanza S/N

Me saben a mierda los labios ajenos, a exceso de pasión y ausentes de sentimientos. Siento el ahogo entre pecho y estomago.

Y la noche toda mía y yo aquí espero, buscando una luna. El monte todo oscuro, las estrellas todas fijas, encendidas. Dónde solíamos escondernos de los demás. Dónde la hierba y nuestra imaginación nos hacían volar. Y ahora no sé qué hago solo aquí, serán los malos tragos, o las poesías escondidas entre las piedras de los muros. Dónde tu ya sabías... Será mi desgarro, mi tormento, mis ganas de nada. Mis pesadillas. Será que aún te quiero aunque querer no quiera.

Te diría que siguen brillando las luces de nuestra ciudad con la misma intensidad. Te diría que el viento sigue meciendo las copas de los pinos, y que sigo creyendo que entre ellos están hablándose. Dulces metaforas de la vida.

Tanto te diría si en esta fase de negociación no ganara la rebeldía a la desilusión. Y aunque el aferrarme al recuerdo prohibido me esté hurgando en la herida... no te preocupes por mí, mas yo seguiré por mi camino, por mis veredas, buscando una luna o rodeado de flores. Ante todo yo y mis cojones por bandera.
Esperaré a que todo pase, que las heridas sólo cuenten historias de batallas ganadas, perdidas o sin terminar. Mientras me acostumbraré a la obscena transición de recuerdos, día tras día, en mi condición variante. Aunque me fosilicen o aunque me reviertan afectivamente. Aunque me invadan cien mil años más.

Esperaré si de momento la lluvia sólo barre en superficie. Esperaré en mi fe errante. Esperaré aunque el recuerdo ya no sea recuerdo sino metástasis.





Guaranteed

No me importa que el propio pensamiento me arrastre al fracaso de la decadencia de ir contra todos. No me importa que sea llamada locura la frustración ante los que no luchan por cambiar las cosas. No me importa, mas mi condición será buscar lo humano ante todo. Que voy dándome cuenta que muchas preguntas no tienen respuesta si les aplicamos la lógica, y me aterra pensar que el equilibrio aún sería más devastador.

Por eso voy marchitándome y me siento más lejos para sentirme más humano, alejado de la humanidad. Y como el viento que no sabe donde irá: ¿a dónde llegaremos sin habernos ido y a dónde marcharemos sin que lleguemos?

Me da vértigo los que se alejan de los que pensamos demasiado. De la misma manera me da vértigo alejarme yo de ellos, pero me es necesario romper la relación entre el público y la puesta en escena. Quizás sea la víctima o el payaso, pero no encuentro la manera. Ya reniego de mi ser, de ciudadano del mundo, éste no soy yo. Ni quiero serlo. Sólo quiero vivir entre hojas y animales. Y hallar también en lo más primitivo : mi muerte.

Desde lo más oscuro de mi sucio corazón.
Me aterra pensar en anidar,
en mil ramas, 
de distintos árboles.

Y no consigo ahuyentar
la mala costumbre
de recordar lo prohibido.

De encerrar en mi mente
tantos suspiros.

De encerrar en mi mente,
tantos anhelos.

Recordadme el día
en que sopló el aire.
Recordadme que no es latir,
si late consigo mismo,
contra el recuerdo.



Afecto suicida



Sopla el viento y no está de más, 
si se lleva consigo los besos equitativos,
 la sentencia de muerte 
de lo que pudo haber sido y no fue jamás. 

Sopla el viento y no está de más, 
alzaré la veleta y me volveré esquivo, 
y si me lleva consigo, 
puede que te olvide o no lo haga jamás. 

Sopla el viento y no está de más, 
si se lleva consigo la marcha fúnebre de adioses 
y a los puntos suspensivos del después del querer; 
de lo que pudo haber sido, pero nunca fue.



Tocará enmendar tantos te quiero y encarcelar aquellos luceros que se atrevan a colarse a través de las persianas. Y hacer testigo a los recuerdos, de lo que pudo haber sido y...




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Maldita sea la luz que me desvela



¿Zurcir las heridas o encerrarlas bajo sal?
Abiertas o cerradas
 hay heridas que siempre dolerán.

No hay espesor en muros 
que contengan los mares
que aguardan en mis lagrimales.

Palabras que crecen en zarzales,
llamémoslas verdades,
aunque fuesen mentiras.

La histeria de las noches sin dormir,
adoptó la forma de mi sombra.
¿Y hoy, quién soy yo?
¿Yo o mi sombra?




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Se volvió a gusano, mariposa



Vio una flor y se acercó. Agazapado se cercioró de su tallo cubierto de espinas. Se fue y la olvidó: 

-Sucede que temo al doler.- Pensó.

Pero al fin y al cabo lo bello, lo esencial; es la flor, no las espinas.


-


Lo llamo sueño aunque sea una mota de polvo en suspensión. Lo llamo sueño y no espíritu errante y lo mantengo incandescente por veredas, que el camino recto me lleva tan deprisa, tan deprisa...




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Utopía



Llamadlo locura si sucede, 
si vienen, si suben las olas
y yo aguardo en el mismo arrecife.

Llamadlo locura si precede
la ilusión al conformismo,
el libertario al teórico irreal.

Llamadlo locura si resulto empírico,
si no me adhiere al mundo 
tanto sin sentido.

Llamado locura si no hay
política ni que bandera
que transgreda el atípico pensamiento.






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En su pecho



Hurgad de nuevo en su herida,
no dejad en ella crecer flores.

Si tras el llanto brotase corazón,
derrumbadlo a golpes. ¡Hundidlo!


Ahogad, en su declive, ahogad,
ausente tolerancia.


Os preguntaréis:  ¿Su dolor es la herida o el puñal?

Sus ojos ventanal empañado por dentro, habitación de hotel abandonada, paredes desconchadas, teléfonos de carne y hueso, sin gato en el tejado, ni jardín con flores amarillas, ni rojo, ni azul, ni niños correteando jugando con el viento.


Usad de escudo, de excusa: ¡los demás ya son así! Ni clase media ni alta: enferma. De clase social aborregada esclavitud. Hundid en su pecho vuestros prejuicios, vuestras palabras, hundid su sonrisa. No dejad en ella crecer, de su flor, más pétalos.

Que en su pecho...

¡Qué tiene un corazón! Mucho más grande que el vuestro.
¡Qué tiene un corazón! No sois capaces de verlo.

Mas no se os coma el remordimiento ¡no! Más pequeño será vuestro alma y más libre y grande su puro pensamiento.




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Alborada



Caigo en un lagrimal,
que empapa mis alas.
¿Y el nido?
¿Y la primavera?
Y ya es otoño perdido.

Te has ido,
mas no tan lejos
si te espero tras los ventanales,
en los atardeceres,
en los anhelos.

Te has ido,
mas no tan lejos
si te imagino y sueño
con el campo de trigo,
y el océano,
en tu rostro.

Son mis ojos lo que son al verte, puramente luz, puramente alegría.

-

Al latir albergar la rítmica consonancia entre sístoles y díastoles, de bien sin dueño, de carácter suficiente, transparente ante quien es capaz de serlo.




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